Texto > Alfonso Aguilar | Extraído de El Intercambiador Express nº1 | 2015
Imágenes cedidas > autores
El resultado de este proyecto es la interpretación creativa por parte de los estudiantes de Estación Diseño de ese imaginario colectivo donde se reflejan los puntos de vista sobre nuestra tradicional y arraigada fiesta.
Andaban a la vuelta de la esquina el rugir de los tambores y las lucecitas de feria, acompañando el frenético ritmo de la escuela entrando en su recta final, cuando surgió la aventura de volvernos a poner en modo avión. Pero que en nuestro caso, y al contrario que los celulares, nos servía para soñar alto, para volar en un nuevo proyecto: el Corpus Printing o la impresión del imaginario creativo de alumnos que iban a reflejar sobre el papel el punto de vista personal de nuestra tradicional y arraigada fiesta.
Era un reto de la retina y el ratón; era bucear en la hemeroteca de nuestro hemisferio izquierdo, desempolvando la Granada de los años veinte, treinta, cuarenta… desgranando el fruto de conceptos, elementos, autores, tipografías, colores, historia y personajes a los que este desafío nos invitaba. No era tarea fácil, aunque reinterpretar tradiciones ejecutadas por viejos maestros resultaba embriagador e ilusionante. Y ya sabemos que la cabecita de un creativo es intrépida, viva, valiente, hambrienta y curiosa… por lo tanto, la propuesta era atractiva como caramelo a la hora del recreo, atrayente como el cantajuegos a la hora de cenar.
La ‘old school granaína’ de los master del cartelismo nos brindaban sin querer la oportunidad de traerlos al presente: reinventarlos, reobservarlos, renombrarlos, redibujarlos, repensarlos…; cabezudos y dragones, norias y toros, tarasca y cruces, albero, claveles y peinetas se mezclaban en las conversaciones que tuvimos cada jueves a la hora en que mandábamos a dormir al sol y despertaba la imaginación, el lápiz y la memoria como una cajita de plastidecor recién estrenada…
Fue un mes y medio de trabajo semanal, de entrenamiento entrando en calor, de sudar la paleta de colores, salpicándonos con propuestas y propinas, buceando en bocetos, apretando el cinturón del calendario sin dejar de pisar el acelerador.
Nos desnudábamos del rol encorsetado de profesor-alumno para vestirnos con el uniforme común de diseñador
El salón de actos era el centro de operaciones donde nos desnudábamos del rol encorsetado de profesor-alumno para vestirnos con el uniforme común de diseñador, de compañeros currantes de teclado y papel; una ejecución transversal, compartida, dinámica y trepidante, en el que intercambiamos ideas, reflexiones, experiencias y experimentos para concretarlos en propuestas gráficas personales, y donde cada alumno, —uy! perdón—, cada compañero presentó uno (o varios) carteles, con una interpretación lúcida, fresca, rotunda, nutritiva y coherente.
Personalmente (y sé que la mayoría de profesores comparten esta confesión) me dejó las cejas con signo de admiración desde que empecé a ver trazos hasta que vimos el trabajo finalizado, impreso y colgado en la corrala de la Casa de Porras y donde el trabajo de estos diseñadores durante dos semanas hizo un pulso a la belleza de las vistas que teníamos desde allí hacia la Alhambra y dejó en la lona y por knock out, tantos carteles realizados por autores oficiales y oficialistas, que pecan del abuso del óleo, y la falta de conocimiento gráfico; hasta el punto de dejar desencajado el ceño de responsables del consistorio, que entre bambalinas confesaban su admiración por la calidad de la propuesta, dejando en evidencia el carácter insípido y provinciano de carteles oficiales de no tan pasadas ediciones.
Gracias, en mi nombre y en el de la Escuela a Virginia, Kassy, Laura, Paco, Carmen, Félix, Felipe, Belén, Julio y Joshua por la calidad de vuestros trabajos, por la calidad de vuestra profesión que ahora se viste de faralaes y por vuestra calidad humana. Así como a Ingenia Digital por la producción de esta obra gráfica.¡Un placer!, como para que las ganas de seguir haciendo estas cosas siga latiendo como de feria. (shhhh… ¡y en breve la propuesta de 2015 súper interesante! «me lo dijeron mil veces y yo nunca quise poner atención…»).